martes, 22 de enero de 2008

y si miro atrás...

Viene a mí esa necesidad imperiosa por desahogarme, aún no teniendo idea de que, angustia un poco, pero no me asusto, creo que ya me estoy acostumbrando a vivir en la permanente nostalgia.

Bajo la guardia por un momento y de pronto los recuerdos y fantasmas comienzan a anidarme, es como una adicción.

Prometo que no reincidiré en ellos y recaigo, me duele y vuelvo a recaer.
Me aferro a ellos como un naufrago a su tabla, la pregunta es ¿Por qué le temo a este océano? Acaso es su inmensidad o será el detalle de que no sé nadar?

¿Por qué costará tanto desprenderse de aquello que ya fue, aún cuando alguna vez tomamos la decisión de soltarlo y desatarse?

Me siento falsa como político conmigo misma, cuando rompo las reglas que invente.

Promesas y promesas.

Buenas intenciones.

Sólo eso...

Soda Stereo - Crem...